¿Tendremos alguna vez una vacuna contra el VIH?

Continúan los avances para encontrar una vacuna que pueda neutralizar este virus que ataca el sistema inmunitario.

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En las últimas décadas, hemos logrado enormes avances en los tratamientos del VIH, o virus de la inmunodeficiencia humana. 

En primer lugar, ya no se considera una condena de muerte. Aunque todavía no existe una cura, muchas personas que contraen VIH viven con plenitud gracias a los medicamentos que pueden controlar el nivel de virus en el organismo. Además, hay medicamentos que pueden ayudar a reducir el riesgo de infección en primer lugar.

Sin embargo, hay un aspecto en el que los avances han sido más lentos: la búsqueda de una vacuna que ayude a prevenir mejor la infección por VIH y el sida.

“A pesar de todos los avances que hemos logrado con los tratamientos farmacológicos [antirretrovíricos] y la profilaxis previa a la exposición para prevenir la infección, el VIH todavía es un problema muy real en el mundo”, señala Dave Wessner, científico especializado en enfermedades infecciosas y profesor de Biología en Davidson College de Davidson, Carolina del Norte. “Es necesario contar con una vacuna eficaz para poder controlar este virus en todo el mundo”.

No obstante, los científicos son optimistas en cuanto a la posibilidad de que pronto se logre una victoria, gracias a los últimos adelantos. Esta es una reseña de la historia de la vacuna contra el VIH y del modo en que la pandemia de COVID-19 permitió impulsar la investigación; además, veremos los productos más prometedores que se están elaborando en la actualidad.

En busca de una vacuna

Esto puede parecer muy confuso, teniendo en cuenta la velocidad vertiginosa con la que los científicos han creado vacunas contra la COVID-19. Pero hay diferencias biológicas muy reales entre el VIH y otros virus, como el que causa la COVID-19, explica Wessner.

El VIH en cifras  

  • El VIH afecta a alrededor de 1.2 millones de personas en EE.UU.
  • Alrededor del 13% de las personas que tienen VIH aún no lo saben y deben hacerse la prueba.
  • En el 2019 se produjeron unas 34,800 nuevas infecciones por VIH en el país.
  • Del 2015 al 2019, los diagnósticos de VIH aumentaron en ciertos grupos de edad, incluidos los adultos de 45 a 54 años. Se mantuvieron estables entre los adultos de 55 años o más.

Fuente: Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU.

“El virus del VIH muta a un ritmo realmente elevado”, indica. “Oímos hablar mucho de las variantes del coronavirus, pero este no muta a un ritmo tan vertiginoso como el VIH”.

Por otro lado, el virus del VIH tiene una estructura diferente que lo distingue de otros virus comunes, observa Wessner. “Las proteínas de su superficie están densamente recubiertas de azúcares”, señala. “En consecuencia, el sistema inmunitario tiene más dificultad para reconocer las proteínas del virus y reaccionar”.

Existe otro obstáculo que dificulta la creación de una vacuna contra el VIH: cuando te expones a un virus, ya sea por una infección o por una vacuna, el organismo produce anticuerpos, es decir, proteínas que el sistema inmunitario elabora para ayudar a combatir el virus. Estos anticuerpos también protegen contra futuras infecciones. Sin embargo, la mayoría de las personas infectadas por el VIH no producen lo que se conoce como anticuerpos ampliamente neutralizantes —que son necesarios para combatir las variantes— como ocurre con otros virus, explica Wessner. Esto significa que el organismo no puede eliminar el virus después de una infección inicial, y también resulta mucho más difícil que las posibles vacunas eviten las nuevas infecciones.

Por qué la pandemia de COVID-19 favoreció —y dificultó— la creación de una vacuna contra el VIH

Las vacunas ARNm aprobadas para prevenir la infección por coronavirus fueron revolucionarias. Y esa misma tecnología podría ser la que nos permita encontrar una vacuna contra el VIH, según el Dr. Steven Deeks, especialista en VIH, investigador de vacunas y profesor de Medicina en University of California, San Francisco (UCSF).

Una vacuna ARNm actúa mediante el suministro de un fragmento de material genético que le indica al organismo que produzca un fragmento de proteína del virus. El sistema inmunitario reconoce y recuerda este fragmento, por lo que puede crear una respuesta inmunitaria intensa si se vuelve a exponer a este virus. 

“Con esta tecnología, podemos crear nuevas vacunas y probarlas mucho más rápidamente que antes”, señala Deeks. De esta forma, los investigadores podrán elaborar vacunas con rapidez y saber si son capaces de producir los anticuerpos ampliamente neutralizantes necesarios para que una vacuna contra el VIH sea eficaz.

Sin embargo, la pandemia de COVID-19 también creó algunos obstáculos para la elaboración de la vacuna.

“En nuestra lucha contra el VIH hemos tenido muchos contratiempos, ya que los recursos que podrían haberse destinado a la investigación de la vacuna contra el VIH se destinaron a la creación de una vacuna contra la COVID-19”, explica la Dra. Monica Gandhi, profesora de Medicina y directora del UCSF Center for AIDS Research en San Francisco. Por otro lado, Wessner considera que cuando finalmente exista una vacuna contra el VIH, podría enfrentar parte de la misma renuencia a vacunarse que observamos durante la pandemia de COVID-19. “También lo vimos con la vacuna contra el papiloma humano”, señala. “Puede haber mucha resistencia si el público general tiene acceso a una vacuna contra el VIH”.

Situación actual de la investigación sobre la vacuna contra el VIH

Hasta hace poco, las investigaciones más prometedoras consistían en determinar si la inyección de anticuerpos ampliamente neutralizantes a personas saludables podía protegerlas contra el VIH. Los científicos produjeron masivamente un anticuerpo conocido como “anticuerpo VRC01” que se descubrió en la sangre de un paciente que vivía con VIH.

Las investigaciones iniciales sugirieron que podría tener una eficacia de hasta el 75% en la prevención del contagio del VIH. Sin embargo, un estudio que se realizó en el 2021 (en inglés), en el que se hizo un seguimiento de más de 4,000 personas en situación de riesgo durante 20 meses, reveló que este anticuerpo solo podía bloquear alrededor del 30% de las cepas de VIH que circulaban en una comunidad.

De todos modos, “nos dio libertad para investigar otras formas de crear anticuerpos, como por ejemplo combinarlos para producir un compuesto que bloquee el VIH en diferentes puntos”, explica Stephaun Wallace, científico de la División de Vacunas y Enfermedades Infecciosas del Fred Hutch Cancer Center de Seattle y profesor clínico adjunto de University of Washington.

A pesar de todos estos inconvenientes, la investigación de la vacuna contra el VIH sigue avanzando. Estos son algunos de los estudios clínicos más prometedores que se realizaron en seres humanos:

HVTN 301. Este estudio, dirigido por la red HIV Vaccine Trials Network del Fred Hutch Cancer Center, utiliza una pequeña proteína (o inmunógeno) para determinar si puede producir anticuerpos ampliamente neutralizantes que protejan contra el VIH. Se espera que el inmunógeno pueda estimular la producción de un determinado tipo de células del sistema inmunitario —conocidas como células B— para que puedan crear los anticuerpos por sí mismas.

HVTN 302. Este estudio, financiado por los Institutos Nacionales de Salud, evalúa tres vacunas experimentales contra el VIH basadas en la plataforma ARNm. Cada una de las vacunas, creadas por la empresa farmacéutica Moderna, contiene una proteína de la espícula diferente que se encuentra en la superficie del virus del VIH y que le permite introducirse en las células humanas. (Ninguna de estas vacunas puede causar en realidad la infección por el VIH). “Lo sorprendente de la tecnología ARNm es que permite que el organismo produzca niveles mucho más altos de proteínas y así poder estimular una respuesta inmunitaria más intensa”, indica Gandhi.

IAVI G002. Este es un ensayo clínico patrocinado por la Iniciativa Internacional de Vacunas contra el SIDA, en el que se evalúa la inocuidad y la respuesta inmunitaria de dos vacunas ARNm en 56 adultos saludables. Una investigación anterior determinó que en el 97% de los pacientes que participaron, una de las vacunas fue capaz de estimular la producción de ciertas células inmunitarias especiales que son necesarias para crear anticuerpos contra el virus del VIH.

Además, los investigadores están estudiando la aplicación de algunas de estas posibles vacunas contra el VIH como método de tratamiento. “Ahora hay un gran interés por curar la infección por el VIH, ya que a muchas personas les resulta difícil iniciar el tratamiento [antirretrovírico] y continuarlo durante varias décadas”, explica Deeks. “Se espera que estas vacunas puedan realmente preparar el sistema inmunitario del paciente para que elimine el virus por sí mismo. Sería maravilloso que algunas de estas vacunas pudieran aplicarse no solo como prevención, sino también como cura”.

Hallie Levine es escritora colaboradora y reportera médica y de salud galardonada. Su trabajo ha aparecido en The New York Times, Consumer Reports, Real Simple, Health y Time, entre otras publicaciones.

Nota del editor: este artículo se actualizó para corregir al patrocinador del ensayo del estudio IAVI G002.